Te vengo de leer y releer Saturnino. Vengo de tu combate con la palabra. He recorrido, muchos días en que el aguilucho en cuestión, se paseaba triunfante Siempre dije que en el mundo sobra estatuas y signos, que, a algunos que nacimos antes DE; nos robaron muchas cosas tantas, que en lo que ami concierne, sin saber aún leer, porque nadie se preocupaba de enseñarme, y si ir tras el mendrugo que a otros sobraba y querían darte. Si me quedaba tiempo para observar, y escribir en mi memoria, a la vez que tomaba nota de muchos: ¿porqués? que fueron madurando, y lo que me permitió, separar la paja del grano.
Nací en esta Castilla entre caciques que me hablaban con exasperante suavidad, cuando pretendían exprimir el sudor de tu frente. A base de tesón, logré pagarme el modo de poner una letra detrás de la otra, en un Madrid lleno de gentes silenciosas, a las que sus poderosas garras vigilaban. En esos extravíos, tuve un lapsus, y estuve muy cerca de convertirme en un..."! Que se callen, coño!" No fue así y algunos, años después, mas de una vez me han dicho: Equivocaste el camino...! Que saben ellos!! Que saben las gentes de otras gentes! Digo a veces, que en este, mi país de todos los días, en el que todos nos llamamos demócratas, que, aún hay gentes que pretenden engañarse, así mismas, viendo en el otro un ser insignificante, fácil de convencer; de aquí proceden los males de este país. De los prepotentes, de los tiranos poniendo a veces una sonrisa equivoca, vienen los males del mundo.
Donde yo resido, suceden hechos parecidos. Yo ya estoy cansado, muy cansado, pero aún me quedan fuerzas, para visitar algunos rincones, y explicar. a quien quiera escucharme, de donde proceden estos males... No obstante de ser, vecino de ese pueblo, apoyaría tus quejas.
Hablas del "Jardinero de las nubes". Me parece un buen muchacho y que, aunque, el no ha visitado mis mismas calles,, ni yo tampoco las suyas, (si las conozco a fuerza de martillear mi cerebro) si, manera desembocamos en una plaza para entendernos en ella, para cobijarnos bajo un árbol de entendimiento, en:
LIBERTAD.
Nací en esta Castilla entre caciques que me hablaban con exasperante suavidad, cuando pretendían exprimir el sudor de tu frente. A base de tesón, logré pagarme el modo de poner una letra detrás de la otra, en un Madrid lleno de gentes silenciosas, a las que sus poderosas garras vigilaban. En esos extravíos, tuve un lapsus, y estuve muy cerca de convertirme en un..."! Que se callen, coño!" No fue así y algunos, años después, mas de una vez me han dicho: Equivocaste el camino...! Que saben ellos!! Que saben las gentes de otras gentes! Digo a veces, que en este, mi país de todos los días, en el que todos nos llamamos demócratas, que, aún hay gentes que pretenden engañarse, así mismas, viendo en el otro un ser insignificante, fácil de convencer; de aquí proceden los males de este país. De los prepotentes, de los tiranos poniendo a veces una sonrisa equivoca, vienen los males del mundo.
Donde yo resido, suceden hechos parecidos. Yo ya estoy cansado, muy cansado, pero aún me quedan fuerzas, para visitar algunos rincones, y explicar. a quien quiera escucharme, de donde proceden estos males... No obstante de ser, vecino de ese pueblo, apoyaría tus quejas.
Hablas del "Jardinero de las nubes". Me parece un buen muchacho y que, aunque, el no ha visitado mis mismas calles,, ni yo tampoco las suyas, (si las conozco a fuerza de martillear mi cerebro) si, manera desembocamos en una plaza para entendernos en ella, para cobijarnos bajo un árbol de entendimiento, en:
LIBERTAD.