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ALDEA DEL REY: Barbudo el Rey, barbudo el Heredero: el misterio de...

Barbudo el Rey, barbudo el Heredero: el misterio de la Corona
Los que se habían apresurado a especular sobre el motivo de la barba con la que se ha dejado ver Su Majestad en Palma, han flipado sin saber qué decir cuando el pasado viernes Me presenté con igual aspecto en la cena oficial de despedida de las vacaciones.

Barba el Rey y barba el Heredero. Por lo visto ha sido demasiada novedad para los llamados especialistas en Familia Real. Superada esa primera impresión, han sido de los más variadas las interpretaciones que ofrece la prensa sobre esta coincidencia. Algunas, francamente originales, atrevidas y con sentido político, como la que dice que Su Majestad perdió una apuesta.

¿Se trata de un mensaje subliminal conjunto de la Corona? ¿Estaremos cumpliendo una promesa?

Lo cierto es que la Princesa y Yo nos ausentamos de Palma en la segunda mitad de agosto, tras mi regreso de Ecuador. No he coincidido, por tanto, con mi Augusto Padre, en las fechas que Él ha dejado de afeitarse. ¿Por qué lo ha hecho? No voy a ser Yo quien lo diga, pero sí puedo aclarar que no hay ninguna clave oculta, ni enfermedad o afección en la piel.

Ante la insistencia de algunos periodistas, alguien desde la Casa se ha visto obligado a ofrecer una explicación y ha dicho que el Rey ha aprovechado la temporada de vacaciones sin compromisos de actos públicos para no afeitarse, por simple comodidad. Es una versión inconsistente, porque mi Augusto Padre ha aparecido con barba en la última semana de agosto, justo cuando ha tenido más compromisos oficiales.

Por lo que a Mí respecta, no He de dar explicaciones ni tampoco hay secreto que guardar. Bastante expuesto estoy al juicio público como para no tener privacidad en lo de afeitarme o dejar de hacerlo. Ya sé que hay muchas opiniones negativas sobre el efecto de la barba en mi imagen, pero a nadie molesto ni ninguna de mis obligaciones institucionales incumplo con este aspecto.

No es la primera vez que lo hago, las anteriores fueron en 1998 y en 2004, ya de casado. En esta ocasión, como en las otras veces, este aspecto Mío será más temporal que la subida de impuestos anunciada por el presidente Zapatero. En cuanto al del Rey... espero que también.

A los miembros de la realeza nos viene bien preservar un cierto halo de misterio, siquiera sea en cuestiones nimias como ésta de las barbas, y no hay que darle más vueltas.