Hay quien dice:"El Jardinero de las nubes" y "libertad" ESTÁN SOLOS en estas páginas y añaden otros: "vacías" casi abandonadas y que no son lo que han sido. Todo sería cuestión de arroparlas de alguna manera, para que no perezcan en el frío. Todo hombre, tiene algo que decir, todo es cuestión de hablando consigo mismo, exponer sus puntos de vista, en lo que nos toca vivir. Siempre hay un hecho un gesto, una imagen: algo a dibujar.
Hoy (por ejemplo) frente a mi ordenador, estoy convencido de que se me ocurrirá algo, que no será otra cosa que un saludo, para mis desconocidos amigos. Huy (repito) desde mis viejos y huesos, que cansados me crujen a la par que mis inquietudes, emergen y se rebelan, tengo una historia triste, pero no voy a entrar en ella, porque la vida esta llena de estas historias. Pero si decir que no es fácil pasar (ni se debe) de ellas. Yo paso calladamente y escucho, mas allá del viento que furioso, balancea mi jardín en esta Llanura Manchega, quedándome a solas con el llanto que me gotea muy cerca. Y sin mas, prosigo mi camino, hasta otro día que me amanecerá mejor, y que alimente mis ojos de cosas mas bellas. No quiero hoy revelar mi angustia, que no dudo sea de otros, pero quiero caminar, solo en ella, y mañana, tal vez, encuentre una mano amable que no rechace esa mano que, que no dudo, siempre hay en alguna parte, tendida.
Estoy convencido, de que las flores no se alumbran al mismo tiempo para todos. de que unas brillan de colores y otras palidecen y hasta se agostan. Pero después de cada día nublado, amanecerá otro, y así hasta el último; en cada soledad de las calles. En alguna parte, hay una pareja de jóvenes que se ama. Unos ancianos, que pasean sus canas, cogidos de la mano en un parque... son imágenes suficientes para recordarme para recordarme que estoy en el presente, y con el pasado. Y que a la vez, si me lo propongo, a mi alrededor, escucho risas y llantos, dependiendo de mi estado de ánimo. Aún muy lúcido, en mi grito rebeldía, por lo contemplado en mi pasado, escojo las horas felices, sin pensar demasiado en mi inrremediable futuro...
Hoy (por ejemplo) frente a mi ordenador, estoy convencido de que se me ocurrirá algo, que no será otra cosa que un saludo, para mis desconocidos amigos. Huy (repito) desde mis viejos y huesos, que cansados me crujen a la par que mis inquietudes, emergen y se rebelan, tengo una historia triste, pero no voy a entrar en ella, porque la vida esta llena de estas historias. Pero si decir que no es fácil pasar (ni se debe) de ellas. Yo paso calladamente y escucho, mas allá del viento que furioso, balancea mi jardín en esta Llanura Manchega, quedándome a solas con el llanto que me gotea muy cerca. Y sin mas, prosigo mi camino, hasta otro día que me amanecerá mejor, y que alimente mis ojos de cosas mas bellas. No quiero hoy revelar mi angustia, que no dudo sea de otros, pero quiero caminar, solo en ella, y mañana, tal vez, encuentre una mano amable que no rechace esa mano que, que no dudo, siempre hay en alguna parte, tendida.
Estoy convencido, de que las flores no se alumbran al mismo tiempo para todos. de que unas brillan de colores y otras palidecen y hasta se agostan. Pero después de cada día nublado, amanecerá otro, y así hasta el último; en cada soledad de las calles. En alguna parte, hay una pareja de jóvenes que se ama. Unos ancianos, que pasean sus canas, cogidos de la mano en un parque... son imágenes suficientes para recordarme para recordarme que estoy en el presente, y con el pasado. Y que a la vez, si me lo propongo, a mi alrededor, escucho risas y llantos, dependiendo de mi estado de ánimo. Aún muy lúcido, en mi grito rebeldía, por lo contemplado en mi pasado, escojo las horas felices, sin pensar demasiado en mi inrremediable futuro...