No acierto a saber que extraña curiosidad, mas de una vez me ha conducido a los suburbios... y me he detenido para contemplar a los niños, dando patadas a una enorme pelota manchada de barro pateaban los charcos.. En la puerta, una anciana acurrucada en sus viejas y sucias ropas, me miraba con cierto recelo... Proseguí mi marcha por la calle evitando los charcos, mientras los niños, se perdían en el interior de las cabañas. "Se aleja la tarde, y los aullidos de la fría noche caerá sobre quienes habitan las cabañas" -me dije. Sentada sobre una caja de madera, una madre amamantaba un niño... "De ese niño, brotará en la noche un llanto acusador"- me repetía, como queriendo acallar mi conciencia. Y regresé queriendo dibujar una sonrisa, en mis labios... Creo que me nació una mueca de impotencia que se torno en soledad, en una cobarde huída. Me té un café caliente unos minutos depués,, para regresar a mi hogar, alumbrando solo con mi recuerdo, a aquel rincón "del olvido"... Repasando los hechos, presientes que alguien, siempre. implora en silencio... y cuando gritan, pocos tienden su mano.