"Jardinero de las nubes"! Saludos! Me ha llamado la atención tu escrito, pues, me recuerda una "anécdota," larga en el tiempo; que me situó, en el lugar, en el que estoy. Es decir, a partir de aquel día, se agudizó mi observancia, en procesiones y otros actos religiosos, y lo bautice, con el nombre de: ARRASTRADOS POR LA COSTUMBRE.
Yo tenía, ya la hermosa edad de 17 años: Madrid. Hacía ya algunos años, en que habían quedado atrás, las procesiones en mi pueblo, y esa devoción (supe mas tarde, que no era tal para algunos) y quise participar en una: me extrañó que unos encapuchados, arrastrando cadenas, penetraran en los bares, en el trayecto y levantando sus cónicas capuchas, le dieran al tinto o blanco y... hasta cantaran canciones que estaban muy lejos de aquello... Yo sentía (entonces) un profundo respeto para lo que en realidad, no entendía del todo. Este sufrió aquel día "un ligero desmayo" que se mayor en el tiempo, hasta situarme, donde estoy. Sigo en aquel respeto, pero al mismo tiempo, no se porque extraño, voz me dice, que "LA COSTUMBRE", está invadida de folclore. No pretendo molestar a nadie: es mi impresión. Mi concepto de Dios o dioses, te es conocido, y oy tu escrito, ha despertado aquel lejano recuerdo, que entre otros, mas desagradables aún, me han apartado de esta clase de exhibiciones. Ayer y hoy mismo, me comeré el potaje (como buen manchego "que sigue las tradiciones, unas torrijas, y poco más... mientras contemplo las carreteras invadidas de coches y las consecuencias, de tanto desplazamientos... sin dejar de pensar en lo real y lo ficticio.
Yo tenía, ya la hermosa edad de 17 años: Madrid. Hacía ya algunos años, en que habían quedado atrás, las procesiones en mi pueblo, y esa devoción (supe mas tarde, que no era tal para algunos) y quise participar en una: me extrañó que unos encapuchados, arrastrando cadenas, penetraran en los bares, en el trayecto y levantando sus cónicas capuchas, le dieran al tinto o blanco y... hasta cantaran canciones que estaban muy lejos de aquello... Yo sentía (entonces) un profundo respeto para lo que en realidad, no entendía del todo. Este sufrió aquel día "un ligero desmayo" que se mayor en el tiempo, hasta situarme, donde estoy. Sigo en aquel respeto, pero al mismo tiempo, no se porque extraño, voz me dice, que "LA COSTUMBRE", está invadida de folclore. No pretendo molestar a nadie: es mi impresión. Mi concepto de Dios o dioses, te es conocido, y oy tu escrito, ha despertado aquel lejano recuerdo, que entre otros, mas desagradables aún, me han apartado de esta clase de exhibiciones. Ayer y hoy mismo, me comeré el potaje (como buen manchego "que sigue las tradiciones, unas torrijas, y poco más... mientras contemplo las carreteras invadidas de coches y las consecuencias, de tanto desplazamientos... sin dejar de pensar en lo real y lo ficticio.