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ALDEA DEL REY: Bueno, acabo de dejar mi brocha y mi crema de afeitar...

Bueno, acabo de dejar mi brocha y mi crema de afeitar (La Toja, por supuesto), y me dispongo a formular una humilde petición al amigo de Santiago. Digo humilde porque uno se considera manso y humilde de corazón, lo único que alardea es en el Señor, como queda reflejado en las Sagradas Escrituras (Jr 9, 23; 1 Cor 1, 31).
Desearía tener acceso a una copia del cuento "Romance del caballito y la amapola", que Santiago escribiera para el Programa de Festejos de 1987. Me encantó, y nunca lo he podido olvidar. Del mismo aprendí la expresión latina "rara avis", y era precioso. A ser posible me gustaría que fuera una copia escaneada del referido Programa, en la que aparecía aquella hermosa ilustración de un caballito olisqueando una flor por encima de una cerca. Agradecería que me lo enviasen a mi correo electrónico a la mayor brevedad posible.
Aquel cuento lo escribió el Santiago que vivía en la casa que hacía esquina con la Plaza de la Palmera, cuando tenía todavía pelos en la coronilla; aquel Santiago que leía a Paco Umbral sentado en el sardinel, al socaire del atardecer estival; aquel Santiago que paseaba con su esposa por las calles adoquinadas al término de la cena, trasegando pipas de girasol y dulces confidencias, y luego rendían la jornada vacacional en las incómodas butacas del cine San Antonio. Ese Santiago que piscineaba y oía rock sinfónico en su tocadiscos.
Por favor, deseo volver a reencontrarme con esa presuntuosa amapola.
Gracias anticipadas.
El jardinero de las nubes.