Aunque no es mi estilo responder a las provocaciones malintencionadas que me hacen, he de confesar que la de más abajo me ha tocado en el mismo centro neurálgico de mi conciencia. He pedido, pues, a Dios que me inspirase una respuesta adecuada, y he aquí los frutos de mi reflexión:
Yavhé dio al pueblo de Israel, durante su estancia en el Sinaí, un ambicioso cuerpo legislativo. Hubo incluso leyes relativas a la alimentación, en las que se prohibía comer ciertos alimentos considerados impuros (Lv 11). Estas leyes fueron observadas escrupulosamente hasta los tiempos de Cristo. Una vez Pedro vio descender de los cielos un lienzo que contenía reptiles y ciertas aves y cuadrúpedos. Una voz le dijo que matara y comiera de lo que había en el lienzo, pero él se negó diciendo que por su boca no entraría ninguna cosa impura, a lo que la voz replicó: "Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú impuro" (Hch 10, 9-16).
Y bien, yo no apoyo la legalización del aborto que aprobó el PSOE, y por eso yo no puedo en conciencia entrar en las filas de este partido. Pero asimismo resulta claro que los socialistas aldeanos no han tenido arte ni parte en toda esta casuística. Ellos únicamente buscan el bien del pueblo, y por eso puedo comer los reptiles y quebrantahuesos sin escrúpulos de conciencia, porque Dios quiere lo bueno para este pueblo y es conveniente confiar en el corazón de estas personas, porque en el mismo tienen su mayor tesoro (Lc 12, 34) de amor hacia el pueblo.
También es necesario dejar atrás el pasado, enfrentarnos a nuevos tiempos en el consistorio aldeano y no poner un trozo de paño nuevo en paño viejo, porque estropeará el nuevo, y al viejo no le caerá bien la pieza del nuevo (Lc 5, 36-37).
Acaso me equivoque en mi exégesis, pero bien puedo decir que, siendo cristiano, mi conciencia descansa apoyando a los socialistas aldeanos.
El jardinero de las nubes.
Yavhé dio al pueblo de Israel, durante su estancia en el Sinaí, un ambicioso cuerpo legislativo. Hubo incluso leyes relativas a la alimentación, en las que se prohibía comer ciertos alimentos considerados impuros (Lv 11). Estas leyes fueron observadas escrupulosamente hasta los tiempos de Cristo. Una vez Pedro vio descender de los cielos un lienzo que contenía reptiles y ciertas aves y cuadrúpedos. Una voz le dijo que matara y comiera de lo que había en el lienzo, pero él se negó diciendo que por su boca no entraría ninguna cosa impura, a lo que la voz replicó: "Lo que Dios ha purificado, no lo llames tú impuro" (Hch 10, 9-16).
Y bien, yo no apoyo la legalización del aborto que aprobó el PSOE, y por eso yo no puedo en conciencia entrar en las filas de este partido. Pero asimismo resulta claro que los socialistas aldeanos no han tenido arte ni parte en toda esta casuística. Ellos únicamente buscan el bien del pueblo, y por eso puedo comer los reptiles y quebrantahuesos sin escrúpulos de conciencia, porque Dios quiere lo bueno para este pueblo y es conveniente confiar en el corazón de estas personas, porque en el mismo tienen su mayor tesoro (Lc 12, 34) de amor hacia el pueblo.
También es necesario dejar atrás el pasado, enfrentarnos a nuevos tiempos en el consistorio aldeano y no poner un trozo de paño nuevo en paño viejo, porque estropeará el nuevo, y al viejo no le caerá bien la pieza del nuevo (Lc 5, 36-37).
Acaso me equivoque en mi exégesis, pero bien puedo decir que, siendo cristiano, mi conciencia descansa apoyando a los socialistas aldeanos.
El jardinero de las nubes.