Porque amo y respeto este pueblo hasta los mismísimos hígados (que diría Cervantes), porque no puedo disociar mi afecto por la sociedad aldeana en función de sus ideas políticas, porque no deseo verme envuelto en las diatribas electorales y porque, en conclusión, la política no es una actividad que me entusiasme demasiado, he tomado la decisión de ausentarme de este foro hasta después de las elecciones.
Todo está en manos de Dios, y a su voluntad me acojo. Espero que el próximo día 27 todos los aldeanos resulten vencedores y que no vuelvan a formarse el bando de los vencedores y el bando de los vencidos. Ya conocemos un lado de la encrucijada y yo me pregunto: ¿puede ser peor el otro lado? En la vida las oportunidades son como el amor: sólo se presentan una vez. Yo no sería el que soy si hubiese aprovechado mi oportunidad, cuando en un instante crucial de mi vida se me presentó. Ahora me veo en la tesitura de vagar indefinidamente por este desierto de soledad. Si hubiera hablado cuando tuve el momento de hacerlo...
Ahora se te presenta tu oportunidad, amada Aldea. Por brindártela, Dios ha arrancado a un hombre de las garras de la muerte y lo ha alejado de sus comodidades para que no agonice tu esperanza. Un hombre que sólo gana demostrándote su amor. Lo ha intentado muchas veces, es cierto, y parecía que iba a tirar la toalla, pero algo lo ha convocado desde el cielo y he aquí nuestra nueva oportunidad. Estos casos sólo se producen una vez en la vida, una auténtica aventura del alma humana y un testimonio indiscutible del amor hacia un pueblo a pesar de todos los desaires.
Vuestra dignidad como votantes no se compra ni con convites ni regalándoos paquetes arroz o azúcar. ¿Qué pasará cuando se acaben los paquetes?
No quiero creer que no es posible que se produzca el milagro.
Que mis rezos, y los que se quieran sumar a ellos, no decaigan.
Hasta el día 28, pues.
El jardinero de las nubes.
Todo está en manos de Dios, y a su voluntad me acojo. Espero que el próximo día 27 todos los aldeanos resulten vencedores y que no vuelvan a formarse el bando de los vencedores y el bando de los vencidos. Ya conocemos un lado de la encrucijada y yo me pregunto: ¿puede ser peor el otro lado? En la vida las oportunidades son como el amor: sólo se presentan una vez. Yo no sería el que soy si hubiese aprovechado mi oportunidad, cuando en un instante crucial de mi vida se me presentó. Ahora me veo en la tesitura de vagar indefinidamente por este desierto de soledad. Si hubiera hablado cuando tuve el momento de hacerlo...
Ahora se te presenta tu oportunidad, amada Aldea. Por brindártela, Dios ha arrancado a un hombre de las garras de la muerte y lo ha alejado de sus comodidades para que no agonice tu esperanza. Un hombre que sólo gana demostrándote su amor. Lo ha intentado muchas veces, es cierto, y parecía que iba a tirar la toalla, pero algo lo ha convocado desde el cielo y he aquí nuestra nueva oportunidad. Estos casos sólo se producen una vez en la vida, una auténtica aventura del alma humana y un testimonio indiscutible del amor hacia un pueblo a pesar de todos los desaires.
Vuestra dignidad como votantes no se compra ni con convites ni regalándoos paquetes arroz o azúcar. ¿Qué pasará cuando se acaben los paquetes?
No quiero creer que no es posible que se produzca el milagro.
Que mis rezos, y los que se quieran sumar a ellos, no decaigan.
Hasta el día 28, pues.
El jardinero de las nubes.