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ALDEA DEL REY (Ciudad Real)

El jardinero de las nubes

No hace mucho tiempo escribía en este foro el obituario de don Pascual López, antiguo capitán de los armaos. Y no hace ni siquiera una hora me han informado del fallecimiento de su hermana, doña Jerónima. Llevaba la pobre muchos años enferma sin salir de casa, y en su ambiente aconteció una historia de amor y heroísmo sin parangón.

¡Qué orgullosa pudo estar esa madre de los hijos que Dios le dio! Esa hija que día a día acudía a cuidar a su madre con resignación angelical, sin emitir la menor ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (VI): 86 = Elohim (Dios de la creación, manifestación de las fuerzas de la Naturaleza)

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"En la casa de mi Padre hay muchas moradas" (Jn 14, 2).

¡Cuánta razón tenía Jesús cuando pronunció estas palabras! Habrá quien vea Aldea como un pedacito insignificante del ancho mundo, pero has de saber que sus paisajes me satisficieron por completo. Me hice caminante solitario, ya fuera a pie o en bicicleta. Me encontraba ... (ver texto completo)
La balada de los últimos días (XIII): El agua de la Virgen

5. Durante las Cabañuelas

La llanura se había vestido con ropajes de desierto. Sólo las lozanas pámpanas de las vides y los olivos llenos de muestra daban un mentís a la desolación global, que pugnaba por apoderarse de todo el entorno. No era bonito pasear ahora por el campo. El parque hacía el oficio de un oasis, de un rincón de esparcimiento para las buenas gentes de Manzanares. La Feria del Campo llegó, y ni que decir tiene la animación ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (V): 42 = Eloha (refugio)

"Sabio es aquél que, lejos de despreciar a un individuo, lo examina con mirada penetrante y busca el fondo de su ser" (Nikolái Gógol, "Almas muertas").

Primeras navidades sin ti. Las gentes que antaño frecuentaban la casa, terminaron por batirse en retirada. Era normal: ninguno de los quedábamos allí contaba con tu encanto y carisma para atraer a la gente. Sonaban llantos muy frecuentemente. No había ánimos para celebraciones. Yo pasaba las ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (IV): 31 = El (hacia, Dios es grande; bet-El, casa de Dios)

"No me vengas con fantasías: al menos en esta vida, óyeme bien, en esta vida no volverás a tener noticias suyas".

Esto me espetaron cierto atardecer de primavera, caminando por una vereda flanqueada de árboles torcidos. Y yo respondí: "Eso está por verse; tengo derecho a tener mis propias ideas". Y la sonrisa condescendiente de mi interlocutor me respondió finalmente: "Tú mismo... Ya lo acabarás descubriendo... ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (III): 15 = Yah (de \"halleluyáh \", alabad a Dios)

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"Ojalá tuviera la fe de Cristo para decirle: ¡Levántate y anda! Pero sólo soy un hombre, y Cristo era otro hombre".

Estas palabras oímos en la parroquia de San Jorge Mártir de Aldea del Rey, estando tú de cuerpo presente. ¿Sabes que llovía mucho? Pero más llovía de mis ojos, hasta el punto de agotar para siempre el caudal de mis lágrimas. Imperaba una suave ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (II): 65 = Adny (pronunciado "Adonai", el Señor, el que no puede ser pronunciado en vano)

"Piensa que aunque llegaras a perder a todos tus seres queridos, Dios estaría siempre contigo".

Abajo era el llanto y el crujir de dientes, mientras preparaban tu capilla ardiente. Yo no podía canalizar la sorpresa que luego se transformaría en dolor perecedero y después en sufrimiento imperecedero. Busqué, pues, los altos de la casa. Los cielos del invierno semejaban un lago oscuro ... (ver texto completo)
Los diez números de Dios (I): 26 = Yhuv (compasión)

"Todo el mundo tiene derecho a que al menos una vez en la vida le ocurra algo extraordinario".

Esta frase ha aparecido recientemente en mi camino, y ha hecho que se echen a un lado las cortinas que encubren la sala del recuerdo. Sé que estoy jugando con fuego, pero ninguna amenaza de este mundo evitará que te mencione, aunque sea de un modo ambiguo y solapado. Tengo capturada delante de mis ojos tu sonrisa de hace varias décadas y ahora escribiré ... (ver texto completo)
La balada de los últimos días (XII): En los sueños y en la realidad

Ese atardecer Pepe Abascal volvió a asomar la nariz por Madrid Moderno. Recitó para sus adentros un "Padrenuestro" (algo a lo que no estaba en exceso acostumbrado) mientras se acercaba a la fachada del lugar que imantaba su corazón. La boca del túnel le mostró su fresca calígine; todas sus ganas se cifraban en volver a atravesarla; pero sus pies le mantenían quieto en el sitio. Un escuadrón de golondrinas y vencejos danzaban describiendo ... (ver texto completo)
Acaso me equivoque, Ana Cristina, pero sin duda eres joven. Dos son las razones que me llevan a suponer tal cosa: el empleo del lenguaje SMS y el deseo de vivir para siempre.

No seré yo quien menosprecie a los jóvenes: siempre dejé claro en estas páginas el respeto y la admiración que me inspiran los jóvenes. Los jóvenes de Aldea fueron quienes avisaron de la existencia de este loco que soy yo mismo. No cometeré jamás el error de pensar que vuestros caminos no son los correctos. En el tiempo que ... (ver texto completo)
La balada de los últimos días (XI): Comienza la cuesta abajo

De repente soltó un estornudo extraordinario, que lo dejó aturdido durante unos segundos. Estaba temiendo que cualquiera de esos días iba a contraer una de las horribles neumonías asociadas al VIH; tal circunstancia anunciaría el fin de sus paseos si rumbo por Manzanares. Sentía espanto ante la idea de tener que vivir sus últimos momentos postrado en cama. Entonces ocurrió que unas ganas inmensas de rezar lo sacudieron por dentro. Después ... (ver texto completo)
Muchas gracias a ti también.

Sin lugar a dudas, tu compañía es infinitamente más grata que la de esos dichosos ummitas.
Pues sí, todo este asunto de Ummo me ha rescatado de los callejones de la memoria cierto episodio que aconteció en Aldea a mediados del verano de 1981 y que estimo probable que muchos todavía recuerden. Se levantó cierta alarma social en la población porque algunos sostenían que se había avistado un OVNI sobre el cerro de la Higuera. Algunos se lo tomaron a chacota, pero hubo muchos que advirtieron de la necesidad de dar aviso a la prensa, la radio, las Fuerzas Armadas e incluso al supuesto gabinete ... (ver texto completo)
No quise ofenderte, pero quiero decirte que el asunto de los OVNIs (por cálculos de Física elemental) los trato al mismo nivel que los cuentos de los hermanos Grimm. No niego que puedan existir seres vivos en otros planetas que reúnan las condiciones del nuestro. Lo que niego categóricamente son los viajes interespaciales entre sistemas estelares. Las leyes de la Física son iguales en todos los puntos del universo. Se ha calculado que para viajar al sistema estelar que nos coge más cerca (Alpha del Centauro, a sólo 4 años luz), se precisaría una nave con un reactor nuclear que fisionara todos los átomos del planeta Tierra (incluidos los tuyos y los míos), y encima se tardarían más de 10000 años en realizar tal viaje. Imagínate Ummo, que le atribuyen una distancia de 14'6 años luz.

Además, lo de Ummo fue una patraña, un esperimento social si lo queremos llamar así. El autor de esta fantasía (como él mismo confesó) fue José Luis Jordán Peña. Es decir, el asunto de Ummo tiene tantos visos de realidad como el cuento de Hansel y Gretel.

En cuanto a lo de estar descolocado, lo tomo como un cumplido. Tal como está el mundo hoy en día, veo favorable el estar "descolocado" tanto desde el aspecto humano como desde el literario.

Como quiera que mi apego por la vida no es excesivo, no me asusta recibir visitas nocturnas por parte de los ummitas. No voy a poner a gritar y a huir despavorido de su presencia. Acaso me hicieran un favor. Por cierto, como cristiano convencido y en ejercicio, tengo una defensa y una promesa de mi Dios contra los terrores nocturnos:

"No temerás el terror nocturno,
Ni saeta que vuele de día" (Sal 91, 5).

Un respetuoso saludo.

El jardinero de las nubes. ... (ver texto completo)
LA MARQUESA DE VILLASANTE (UN RELATO DE TERROR)

Tome buena nota de lo que voy a contar, que no es otra cosa que la causa de mi actual infortunio:

Ocurrió en el lluvioso noviembre de 2006, en la tranquila y acogedora ciudad de Albacete. La madrugada estaba muy avanzada, y los cielos se veían tupidos de lluvia y tinieblas. Yo paseaba por la céntrica calle de Tesifonte Gallego. El viento enlutado transportaba a mi olfato fragancias de hojarasca y tierra mojada desde el cercano parque de Abelardo ... (ver texto completo)