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ALBALADEJO: La Eurocosa Chsss... Chsss...acerquense por favor......

La Eurocosa
Chsss... Chsss...acerquense por favor... No me hagan gritar... No vaya ser que los sensores me sorprendan en actitud vociferante y por ende constitutiva de delito callejero y pancarteril. Aquí les dejo unas notas sobre la negociación en Bruselas, sobre la financiación, llegadas desdeelexilio y de las que no aparecen en la prensa. Usted, si usted mismo, el de la pancarta, haga menos ruido, sin vociferar, por favor.

Primer asalto, con talante
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Qué envidia me da Rodriguez! Se va a Bruselas, se toma unas cervecitas y unos pinchitos, repasa los papeles del discurso. La secretaria le avisa: "señor Presidente, en diez minutos le toca". Rodriguez apura el vaso, le echa otro vistazo a la bandeja y se decide por un pincho de salmón. Masticando sale del bar, cartera en mano. "Qué han comentado los otros?" pregunta como de pasada. "Nada nuevo" le responde la secretaria, deseando que su jefe no siga preguntando y se vea obligada a reconocer que no ha asistido a ninuguna de las charlas. Aprovechó para visitar a una prima lejana que emigró en el 64 a Bélgica.
Limpiándose con la lengua los últimos restos de salmón de los dientes, Rodríguez medita sobre el hecho, infrecuente, de que ni Gerhard ni Jaques le hayan llamado hasta el momento.

Sube al puesto de oradores y saca los papeles:
"el único Tratado posible es este y hay que defenderlo".


Su voz suena solemne en el recinto. Al oír estas palabras (vía traductor, claro), Chirac agacha la cabeza y Gerhard mira para otro lado.
Rodriguez, una vez más, no se ha enterado.
"todos los países, los que han ratificado la Constitución y los que no lo han hecho, necesitan un tiempo para pensar, explicar, debatir y reflexionar".

Palabras que Juncker pronunció para todos en voz alta, pero que me temo tienen más significado para unos que para otros.

Mientras, tras el paso dado ya por Gran Bretaña, los daneses y portugueses (que parece ser que sí reflexionan) han decidido posponer un posible referéndum sin concretar fecha, es decir, hasta que San Pedro baje el dedo.

Segundo asalto, sin talante
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Juncker: " Venga hombre, no seas así."

Blair: "Que no, que en esas condiciones te repito que no puede ser."

Juncker: "Comprende que los franceses y los alemanes tienen razón."

Blair: "Y lo comprendo. Pero ya te dije ayer que o nos movíamos todos o no había nada que hacer."

Y claro, los hay que no se mueven. Chirac con la pistola en la cabeza de sus agricultores y en medio de una crisis política sin precedentes en Francia en los últimos años, no se mueve. Schröder en plena agonía política e intentando salvar los muebles lo mejor que puede, no se mueve. Rodríguez se ha vuelto al bar porque los pinchos de salmón estaban buenísimos y así se ahorra la vergüenza de tener que ponerse al lado de "los pobres" a seguir pidiendo. Tampoco se mueve. Y no le menten lo de convertirse pronto en contribuyente neto, que se le atraganta el preciado noruego.

Pero, cómo empezó todo? Fácil, con un rifirrafe. Tras el lío, Juncker llama aparte a la delegación holandesa. Por si alguno no lo sabe, los holandeses son los que más pagan per cápita a las arcas de la Unión. éstos, claro, le dicen a Juncker que se ahorre discursos y tiempo, que ellos no están por la labor de seguir haciendo el panoli.

Nos enteramos en pasillos, por esos lenguateros que hay en todas las delegaciones, que Juncker llamó entonces al President de la République Jacques Chirac y al Bundeskanzler Gerhard Schroeder para sentarse con Blair .

Parecía que se iba a mover algo. Los franceses ofertan incluir a rumanos y búlgaros en el paquete de medidas agrarias aprobado en el 2002, eso sí, si la entrada de éstos en la Unión es el 2008 y no el 2007. Ni por esas. Los británicos y los holandeses siguen erre que erre. Parón para tomar café.
En ese mismo momento Rodríguez va ya por su tercera bandeja de salmón noruego y empiezan a llegarle rumores de que en el bar está muy bien, que no se mueva de allí porque los otros están dando el espectáculo. Borrel se une al banquete y pide una de caviar, que el salmón es muy pesado.
Tras el parón son los franceses, de nuevo, los que hacen un amago: "Y si congelamos el cheque británico en su nivel actual un par de añitos?". Nada. Tampoco. Va a ser que no, que no es bastante para lo que traía Blair en el maletín.

Juncker, desesperado, lanza un brindis al sol (otro, je): ofrece a Holanda y a Suecia (los suecos, que se habían estado haciendo los ídem, levantaron de pronto la voz) un aumento del nivel de "descuentos en la contribución", desde los 460 millones actuales hasta los 700 millones de Euros.
Huuum, eso ya está algo mejor.