La Desamortización provocará la aparición de grandes espacios urbanos, anteriormente ocupados por los
conventos (
San Agustín, Justinianas), que permitirán iniciar la primera planificación urbanística de esta zona de la ciudad, denominada por diversos autores como “Ensanche Interior”. Es importante señalar el carácter singular de la desamortización en
Albacete, que no se tradujo en la entrega de los bienes eclesiásticos a la iniciativa privada, sino en su conversión en bienes e inmuebles de titularidad pública. Este factor explica la implantación en esta zona de numerosos
edificios institucionales. Asimismo la llegada del ferrocarril actuará como núcleo polarizador del crecimiento de esta zona de la ciudad, cuyo perímetro estaba constituido por las
calles San Antón, San Agustín (actual
calle San Agustín y Martínez Villena), el callejón de las Peñicas (actual calle
León) y la
vía del ferrocarril.