Se sucedieron entonces los episodios comunes en todas las ciudades sublevadas: préstamos forzosos, destierros de los traidores o sospechosos etc. Pero el movimiento comunero no perduró por mucho tiempo en
Albacete. A comienzos de diciembre, la ciudad volvió a las filas realistas, y en marzo de 1521, se preparó para enviar contingentes armados de refuerzo al prior de
San Juan, que combatía a la rebelde
Toledo. El 24 de dicho mes hacen alarde, y el 25 se reúnen para partir el 28 al
amanecer, dirigidos por Gabriel de Guzmán. Ese día y el siguiente parten un total de 126 infantes y 12 caballeros.