OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

VOZPORNOCHE: Una ruta de senderísmo, para estirar los músculos y...

Una ruta de senderísmo, para estirar los músculos y hacer un poco de ejercicio, como ha propuesto el vecino Anibal.

Esta mañana mi compañero y yo a pesar de ser sábado nos levantamos temprano. Nos aseamos deprisa, nos tomamos un desayuno rápido. El se fue a la calle en busca de unas barras de pan. Mientras yo, batía huevos para empanar unos filetes y pelaba patatas para hacer una tortilla. Dos alimentos que metidos entre pan harían las delicias de nuestra ruta hacia lo alto de la montaña.
No se te olvide nada de meter a la mochila, le digo: una navaja, bolsa para la basura, bolsas de agua, una venda (aunque nunca la hemos necesitado, no está de más) mis antihistamínicos, servilletas de papel, la cámara de fotos, ropa de abrigo en la montaña nunca se sabe cuándo va a cambiar el tiempo. En otra bolsa que dejaremos en el coche, llevaremos más ropa para cambiarnos si es necesario, y algo de aseo por si decidimos quedarnos a pasar la noche fuera de casa.
Yo ya tengo los bocadillos, las manzanas, el queso y como es tradicional entre nosotros unas galletas de vainilla para los descansos a contemplar el paisaje y reponer fuerzas.
Dejamos una nota por si alguien se pasa por nuestra casa y no sabe donde estamos, comprobamos que todo quede en orden y nos echamos a la carretera.
Ya en el coche, los comentarios son al principio pocos, por las mañanas estoy muy reflexiva y poco habladora según mi compañero sufro de “mal despertar”, pero no os lo creáis, es una hora del día que me gusta para estar conmigo a solas. Unos kilómetros después comentamos el bonito día que hace; no hay bruma y la temperatura va a ser suave. Nos dirigimos por la nacional hacia el parque natural Saja-Besaya. Una de las bonitas zonas arboladas de nuestro país, se pueden contemplar hayas de muchos metros de altura, castaños que han sido partidos por el rayo y en su lucha por la vida se han retorcido sobre sus propias cicatrices, para alimentarse de sus propia sabia. Acebos, tejos, mostachos, pinos y abetos de montaña, robles y cagigas. Arboles que como me gustaba fantasear con mis hijos al llegar la noche y quedarse el bosque en silencio, cobraban vida y llenaban el bosque de un perfume mágico donde salían seres que durante el día vivían escondidos a las miradas de los humanos, pero que si nos quedamos por la noche nos harían vivir miles de fantasías.
Yo siempre suponía que en el bosque bajo el musgo y las raíces vivían pequeños hombrecillos, me dice mi compañero.
¡Cuéntame esa historia! me gusta escuchar tus cuentos mientras me acabo de despertar……..

(continuará)