TUDANCA: Cuando hablamos de Tudanca hablamos de un municipio...

Cuando hablamos de Tudanca hablamos de un municipio antiguo, con un encanto fuera de lo común. Tambien podemos ver en él una de las más grandes señas de identidad de todo buen cantabro, ya que de este municipio nace la vaca autoctona de Cantabria: La vaca tudanca, ese bello animal acostumbrado a las peores condiciones, pero que la selección natural nos brindó la oportunidad de disfrutar. En las noches de Tudanca es común oir los campanos de los rebaños que pastan en el monte de la zona, o que simplemente pasan por las callejucas del pueblo. Veamos en primer lugar de donde parte este municipio y sus antecedentes. Al ser un lugar con un acceso muy duro, Tudanca no posee referencias prehistóricas de ningún tipo. Además sabemos que los romanos no pudieron adentrarse en esta población por las mismas razones, de manera que no tiene ningún vestigio de emplazamientos romanos. Comenzamos la andadura sobre el siglo XI, donde se hace referencia a la población de Tudanca como
parte de la Merindad de las Asturias de Santillana. Esta documentación data más concretamente del año 1094 donde se hace referencia a una pequeña población, la cual anexiono el monasterio de San Pedro de Tudanca a Santa Eulalia de Terán. Pasaron los años en el valle viendose continuos cambios en el poder religioso (o abacial), hasta que el señorio de Garcilaso de la Vega se hico con el poder de Tudanca. En documentos muy antiguos se señala el traspaso de una casona del lugar del señor de la época a su segundo hijo (llamado Gonzalo Ruiz de la Vega).