El
Ayuntamiento de Valderredible construyó este
refugio, en honor a los habitantes que poblaron Moroso hasta su destrucción, en los años 60 del siglo XX, aunque parezca mentira que se pudiera haber llegado a consentir su desaparición.
Aquí comimos, un hornazo fabricado en la
panadería de Polientes, con un buen vino de Ribera de Duero, (en Bota). Pasamos un par de horas en estos alrededores, en un dia expléndido de luz y temperatura, entre robles y zarzales que es lo que ahora persiste en lo que fue el
pueblo de Moroso.