Iglesia de San Martín o Santa Catalina
Su más vieja advocación fue la de San Martín que, como monasterio, es nombrado ya en documentos de 1068 y 1075 por los que se ve que algunos herederos de San Martín lo ceden a Santa María del Puerto. Es pues posible, como apunta el Abad Juan Barrassus, se tratase en principio de un pequeño y antiguo monasterio particular. Ya en el siglo XVI se le considera como ermita y en ella se reunía la Cofradía de San Martín, de Hijosdalgo y Mercantes de Laredo.
La fábrica que se nos conserva es de proporciones amplias pero de aparejo humilde, como es la mampostería.
Tiene una sola nave rectangular, presbiterio de la misma forma y ábside semicircular. Los esquinales son de sillería.
Al exterior destaca sobre todo su magnífica espadaña que, por sus proporciones y troneras, es una de las más monumentales del románico montañés. Aunque también construida de mampuesto, lleva tres pisos de vanos para campanas, cuatro en el cuerpo más bajo, dos en el mediano y uno en el piñón, todos con arcos de medio punto.
La puerta de entrada está en el centro del muro sur, con arco apuntado que apoya en cimacios de caveto con bolas colocados, directamente sobre las jambas, sin columnas.
Al norte se abrió otra puerta -hoy tapiada-; lleva arco de medio punto que carga sobre cimacios simples de caveto.
El ábside, al exterior, lleva en el centro una única ventana como aspillera, con arco de medio punto, sin arquivoltas ni columna alguna. Tuvo otras dos ventanas al exterior tapadas. Ábside y muros del presbiterio se coronaron con cornisa seguida, simple, de caveto, que apoya sobre canecillos todos de proa de nave.
En el interior -hoy restaurado- se percibe que la cubierta de la nave debió de ser siempre de madera (no existen al exterior ningún tipo de contrafuertes), mientras que el presbiterio se cubre con cañón apuntado y el ábside con cascarón también abovedado y apuntado, lo mismo que el arco triunfal que está doblado y apoya en alto sobre cimacios y pilastras simples, sin capiteles ni columnas. Destaca la altura de la iglesia que sobrepasa en mucho la normal de las iglesias románicas populares. (1)
Al interior, en el muro de la Epístola podemos ver una credencia de arco semicircular. El arco triunfal es doblado y ligeramente apuntado, carga sobre cimacios moldurados que son la continuación de una imposta que recorre toda la cabecera. (417) web local (Círculo Románico)
Su más vieja advocación fue la de San Martín que, como monasterio, es nombrado ya en documentos de 1068 y 1075 por los que se ve que algunos herederos de San Martín lo ceden a Santa María del Puerto. Es pues posible, como apunta el Abad Juan Barrassus, se tratase en principio de un pequeño y antiguo monasterio particular. Ya en el siglo XVI se le considera como ermita y en ella se reunía la Cofradía de San Martín, de Hijosdalgo y Mercantes de Laredo.
La fábrica que se nos conserva es de proporciones amplias pero de aparejo humilde, como es la mampostería.
Tiene una sola nave rectangular, presbiterio de la misma forma y ábside semicircular. Los esquinales son de sillería.
Al exterior destaca sobre todo su magnífica espadaña que, por sus proporciones y troneras, es una de las más monumentales del románico montañés. Aunque también construida de mampuesto, lleva tres pisos de vanos para campanas, cuatro en el cuerpo más bajo, dos en el mediano y uno en el piñón, todos con arcos de medio punto.
La puerta de entrada está en el centro del muro sur, con arco apuntado que apoya en cimacios de caveto con bolas colocados, directamente sobre las jambas, sin columnas.
Al norte se abrió otra puerta -hoy tapiada-; lleva arco de medio punto que carga sobre cimacios simples de caveto.
El ábside, al exterior, lleva en el centro una única ventana como aspillera, con arco de medio punto, sin arquivoltas ni columna alguna. Tuvo otras dos ventanas al exterior tapadas. Ábside y muros del presbiterio se coronaron con cornisa seguida, simple, de caveto, que apoya sobre canecillos todos de proa de nave.
En el interior -hoy restaurado- se percibe que la cubierta de la nave debió de ser siempre de madera (no existen al exterior ningún tipo de contrafuertes), mientras que el presbiterio se cubre con cañón apuntado y el ábside con cascarón también abovedado y apuntado, lo mismo que el arco triunfal que está doblado y apoya en alto sobre cimacios y pilastras simples, sin capiteles ni columnas. Destaca la altura de la iglesia que sobrepasa en mucho la normal de las iglesias románicas populares. (1)
Al interior, en el muro de la Epístola podemos ver una credencia de arco semicircular. El arco triunfal es doblado y ligeramente apuntado, carga sobre cimacios moldurados que son la continuación de una imposta que recorre toda la cabecera. (417) web local (Círculo Románico)
