El
palacio de Sobrellano tiene una estructura ortogonal, siguiendo el esquema de villa palladiana, con un hall central distribuidor y una
escalera monumental de
piedra. Tiene un gran
salón central con ocho paneles pintados por E. Llorens, con motivos históricos relativos a la viuda del marqués. Tiene una
fachada muy espectacular, realizada con piedra de Carrejo, con galerías abiertas decoradas con arcaduras trilobuladas y columnata. Las
columnas se concluyen con remates en forma de
flor de lis, coronas o
caballos alados. La
capilla-panteón también fue proyectada por J. Martorell y Montells. El
edificio se organiza en dos pisos, el panteón en el inferior y la capilla en el superior. Presenta, en el exterior, elementos similares a los empleados en el edificio principal, como los
arcos de medio punto y elementos ornamentales como las gárgolas. La capilla tiene nave única y está cerrada por una galería calada, de planta poligonal, que separa el presbiterio del ambulatorio. La nave se ensancha por dos
ábsides laterales, formando un falso transepto. Tiene un sitial, dos reclinatorios y varios bancos, todo ello diseñado por A. Gaudí. Contiene un importante conjunto de obras de
arte siendo muy interesantes las pinturas de Llorens y Masdeu, y las
esculturas de Joan Roig, destacando los mausoleos de mármol de la capilla-panteón, de los escultores Llimona y Vallmitjana. Parte del mobiliario del palacio fue diseñado por Gaudí.