El Capricho, es un
edificio modernista situado en la localidad cántabra de
Comillas. Fue proyectado por Antoni Gaudí y construido entre 1883 y 1885. El edificio cayó en el abandono tras la Guerra Civil, estado en el que siguió pese a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1969. En 1977 la última descendiente de los López-Díaz de Quijano, Pilar Güell Martos, vendió la propiedad al empresario Antonio Díaz quien lo restauró en 1988 y lo convirtió en un
restaurante. En 1992 fue
comprado por el grupo japonés Mido Development. Por último, en 2009, el edificio se convirtió en
museo