Acompaño a ésta
foto parte del
mensaje que os pase el 10/4/2010, como explicación de su contenido.
……… Luis nos comentó, que si nos hubiéramos organizado con la gente de éste
foro y otros que les hubiera apetecido, pensaba organizar una
comida en los
salones de usos múltiples de varias generaciones y de toda la vida de
Bielva, que me enseñó, recordando mis viejos tiempos de cuando los domingos por la tarde pagábamos una peseta para ver la única televisión en blanco y negro con la única cadena que existía de Televisión Española y para nosotros era todo un acontecimiento que estábamos esperando durante toda la semana (que tiempos, igualitos que ahora que tenemos tele en cada habitación con montones de
canales)! coño ¡otra vez se me ha ido la “pinza” de los viejos recuerdos, pero en vista que la gente no respondió con definición y al no saber cuántos podíamos reunirnos desistió de ello, esperando que en otra oportunidad nos podamos sincronizar con claridad y disfrutar todos de una agradable comida, sin implicar trabajo para nadie.
Como no hemos podido
comer todos juntos, mis primos nos tenían preparados una sorpresa en
casa de Chusca y Román y que no habían comentado nada para que no nos sintiéramos incómodos por ir de “gorrones” que en nada nos gusta y encima dar trabajo y gastos a los de la casa.
La sorpresa consistió en un
Cocido Montañés con todos sus parabienes, materia prima casera y elaborado a lo clásico con fuego lento y con horas, acompañado de tortu de antaño y como
postre, arroz cremoso con leche autentica, todo ello trabajado con la magistral mano de Lucia, la mujer de Román, que me sorprendió con la soltura que maneja la cocina para conseguir unos sabores y texturas que no recordaba desde niño, conseguido a base de cariño, horas y paciencia en la cocina, ¡muchas gracias Lucia!, sin ese excelente acabado por muy buenas materias primas no resultaría lo mismo y como dije en otro mensaje, no olvidare esos sabores en años. Todo ello regado con buen caldo de crianza y rematado con té de las altas
montañas de Liébana y con orujo de elaboración casera por el genuino de la tierra de Liébana Tomás, marido de mí prima Loli. Si a esto le añadimos la compañía familiar de mis primos por parte de mi padre, porque por desgracia tíos ya no nos quedan, es decir ya estamos nosotros en lo alto de los peldaños de la
escalera de la vida, creciéndonos gente por debajo como hijos y nietos (bueno y algunos bisnietos como a Rosa y Elías, nuestros primos más veteranos), por ello se valora mucho más cada disfrute de éstos acontecimientos.
La comida se prolongó durante varias horas despidiéndonos con un buen sabor hasta otra oportunidad que espero que no sea dentro de otros treinta años, en conclusión una
Semana Santa inolvidable y cercana en compañía de la
familia y gente de Bielva que a la postre también la siento como familia.