El atrio porticado se cierra por una
reja de hierro forjado. En el cruce de las nervaduras que forman la
bóveda de cañón que cubre el atrio los arquitectos ubicaron claves decoradas con distintos motivos. Se puede ver al Espíritu
Santo en forma de paloma en la arcada central, mientras que en las otras observamos motivos florales y de figuras religiosas.