Vista de frente la Ermita de San Telmo, PUERTO DE LA CRUZ

Una grada recorre, a modo de zócalo, las dos fachadas (norte y oeste) que cuentan con pórtico. La sacristía, en la cabecera del templo, tiene proporciones distintas al resto de la fábrica: la techumbre es de una sola vertiente y de menor altura; cuenta a su vez con una pequeña puerta en el testero. En el interior de la ermita podemos apreciar una armadura de raíz mudéjar, de par y nudillo en forma de artesa. Los tirantes, tallados a base de motivos geométricos y lacería, descansan sobre pares de canes labrados en forma de volutas. En pared posterior, tras del altar, destacan unas pinturas decorativas a base de hojarasca, cartelas, etc.; una decoración típicamente barroca que enmarca y complementa la del retablo, y que se extiende en sentido vertical hacia el tablero ocupando parte de la cubierta (hasta el primer tirante). Orillando la plaza se conservan los restos de la antigua Batería de San Telmo: la garita y empalizada -muro a media altura y pilotes hincados en punta- se hallan frente al hastial, hacia el presbiterio, sobre una cueva excavada por el mar, encontramos un pequeño cuarto circular y abovedado: el polvorín.
(14 de Julio de 2019)