“La mayoría de los que trabajamos aquí lo hacemos por
tradición, herencia compartida entre padres e hijos” cuenta Paco. “Es bastante sacrificado, por lo que para nosotros es más como un hobby familiar” añade dejando latente la poca especialización del sector. “Se está intentando que otros jóvenes se involucren en estas tareas y tengan interés por aprender a llevar las
fincas aunque no tengan ese vínculo familiar con ellas” señala Jorge Rodríguez Alonso, enólogo de El Grifo, “aunque hay que tener una producción muy alta para que sea rentable”.