El
Valle de La Geria, una inmensa extensión de ceniza volcánica situada al suroeste de la isla, hace suyos cinco de los siete municipios que componen
Lanzarote. Su cercanía al
Parque Nacional de Timanfaya, visible por el fuerte contraste del
color de sus suelos, recuerda las dramáticas erupciones que a principios del siglo XVIII cambiaron para siempre la orografía interior.