La Geria es un hoyo cónico de varios metros de profundidad, excavado en la grava volcánica. En el centro se planta la vid y los bordes se protegen del viento con una media luna de
rocas. Eso, en montones de hileras de
colores verde, ocre y negro, conforma un
paisaje que fue determinante en la declaración de
Lanzarote como Reserva de la Biosfera por la Unesco. Y hay que verlo porque impresiona.