Concitan una serie de valores paisajísticos y ecológicos que, junto a la complejidad y originalidad de su
arquitectura salinera y la complejidad de sus sistemas hidráulicos, las convierten en uno de los ingenios salineros marinos más singulares. La construcción de las salinas se sitúa en el año 1895 por Vicente Lleó Benlliure quien la cedió a su sobrino hasta terminarla en 1945. La
familia Padrón aún hoy desarrolla esta actividad.