El encuentro entre la fuerza del
mar y la dureza de la
roca genera una
cascada de
niebla y vapor, que casi hace "hervir" el
agua (el término español "hervideros" en realidad significa "hirviendo"). Este entorno natural, poco conocido, pero inmediatamente fascinante, ofrece emociones únicas. En los días de mar embravecido, la impresión es la de estar ante un "volcán de agua" en plena erupción.