En los años 60, la transformación turística se aceleró con la apertura de rutas y
caminos. La
carretera de Tinecheide y el
camino de
Yaiza al Golfo mejoraron el acceso. Se organizó la ruta de
paseo en dromedario y César Manrique, junto a Jesús Soto, ideó la célebre “Ruta de los Volcanes”, que aún hoy se recorre en guaguas oficiales. En esta misma época, se construyó el
restaurante El Diablo, que aprovecha el calor del subsuelo para cocinar alimentos y ofrece vistas panorámicas del entorno volcánico.