De este lugar dicen que no es una tierra muerta, sino recién nacida. Aunque aparentemente desolados, estos abruptos
paisajes han sido colonizados, principalmente, por el mundo vegetal. Predominan las tonalidades negras y rojizas de lapillis y arenas y las obscuras de las lavas basálticas, todo ello salpicado de manchas de diferentes
colores pertenecientes a las numerosas especies liquénicas. No se puede olvidar su riqueza biológica y el gran número de endemismos vegetales y animales.