Entender su
historia es comprender cómo el fuego, la
piedra y la resiliencia han dado forma a uno de los
paisajes más sobrecogedores del archipiélago canario. Mucho antes de que los volcanes modificaran radicalmente el
paisaje,
Lanzarote fue habitada por los mahos, un
pueblo de origen bereber-sahariano que llegó en torno al siglo I d. C.