Con la mejora de los medios de comunicación y gracias a las condiciones climáticas de la isla, se ha producido un boom turístico que ha sido uno de los principales factores de alteración del
paisaje, ya que esta masificación de visitantes originó un incremento del desarrollo urbanístico y de las infraestructuras en detrimento de los recursos tradicionales.
Lanzarote ofrecía al visitante un clima suave,
playas, servicios de calidad y un patrimonio natural insólito.