Las
lámparas del
restaurante: creadas con sartenes forjadas a mano, son otra de las representaciones de la creatividad sin límites de Manrique. El
Jardín Muerto: situado en el centro del restaurante, este pequeño jardín acristalado rinde
homenaje a la leyenda de Hilario, en el que sobre la ceniza volcánica, yace el esqueleto de un dromedario y el tronco de un
árbol seco y quemado.