El
Restaurante El Diablo: Gastronomía Volcánica.
Así mismo, Manrique dio rienda suelta a su imaginación dando vida al restaurante El Diablo, un espacio gastronómico vivo e imponente que se mimetiza con el entorno, realzando aún más su interés turístico,
artístico y cultural. Y mientras su famoso
horno se sirve del propio calor de la tierra para una deliciosa
comida a la brasa, a diez metros bajo nuestros pies la profundidad alcanza casi 300 grados de temperatura, una fuerza que se desliza hacia la superficie y se puede contemplar a través de una serie de demostraciones termodinámicas inolvidables.