En el S. XIV un navegante genovés, Lancelotto Mallocello arribó a las costas de
Lanzarote donde residió durante dos décadas dándole posteriormente a la isla el nombre por derivación del suyo (Lancelotto- Lanzarote). La conquista de Lanzarote, según las crónicas comienza con el desembarco del normando Jean de Bethencourten en la costa del Rubicón, al sur de la isla en el año 1402.