El señorío de
Canarias, que había sido reconocido por el Rey Enrique III de Castilla al caballero normando Jean de Bethencourt en 1403, pasó por diversos vicisitudes: Donación, traspaso, venta, y permuta, hasta que por la unión de Fernán Peraza e Inés de las
Casas se da la consolidación del Señorío. En 1477 los Reyes Católicos asumen la dirección de la conquista del Archipiélago (
Gran Canaria,
Tenerife y
La Palma) indemnizando a la
familia Herrera-Peraza por los derechos de conquista con cinco millones de maravedís