Debe su nombre al intenso
color que, especialmente por su lado este, tienen los lapilli y fragmentos lávicos de que está formado. Entre nosotros y
Montaña Colorada, un amplio
mar de lavas. También delante de nosotros, a nuestra izquierda y como a unos 150 metros, en medio del mar de lavas, sobresale un enorme bloque de
piedra que destaca sobre todo el resto. Este bloque formó parte de los muros que cerraban el cráter de la Caldera de los Cuervos.