Es un
sendero sin dificultad con un
paisaje único; y la sensación de adentrarse en la caldera de un volcán es una experiencia que no dejará indiferente. A los más pequeños de la
casa les encantará. Se trata de una ruta corta, muy fácil de realizar y absolutamente apropiada para hacerla en
familia, incluso con niños, dada la absoluta ausencia de peligro en todo el recorrido.