De acuerdo con esto el padre fray Bartolomé de Casanova, provincial de la orden de
Canarias, envió a
Lanzarote a fray Juan de
San Francisco por fundador y vicario del monasterio. Se comenzó la obra en 1588, y en 25 de enero de 1590 otorgó Argote una curiosa escritura, muy de su estilo, por donde cumpliendo las intenciones del testador, imponía otras condiciones.