Sin embargo, en 1588 Gonzalo Argote de Molina, yerno de don Agustín de Herrera y Rojas, en acción de gracias, por haberse liberado la Isla de los piratas africanos, y por haber coincidido aquel año con la canonización de
San Diego de Alcalá, apóstol de
Fuerteventura, tomó a su cargo cumplir la manda de Sancho de Herrera.