Ampliada en el siglo XVIII con tres naves, volvió a ser incendiada en 1909 y nuevamente reconstruida con limosnas del
pueblo. En 1914 el obispo don Angel Marquina
Corrales bendijo el templo. En esta última intervención se le añadió un prisma más a la
torre para así convertirla en el
edificio más alto de
Teguise.