Allí se construyó una fortaleza defensiva, el
Castillo de
Santa Bárbara, convertido en el siglo XX en sede del
Museo del Emigrante Canario y posteriormente en Museo de la Piratería.
Teguise creció desde mediados del siglo XVI constituyéndose un importante entramado urbano que se ha conservado. En la villa se concentraban las principales instituciones de la isla, como el Cabildo o la Escribanía, así como los principales centros eclesiásticos.