Este
monumento termina con otra de las maravillas de la identidad manriqueña: la
arquitectura tradicional
lanzaroteña que se pone de manifiesto en La
Casa-
Museo del Campesino. El antiguo
caserío restaurado, es de
color blanco y verde y está decorado con los elementos culturales vinculados al
campo como aljibes, lagares,
chimeneas, eras, etc.