Éste le dio instrucciones precisas de cómo cultivar y cosechar la planta al igual de cómo quemar las hojas secadas para conseguir las cotizadas cenizas para la fabricación del carbonato sódico. El producto final se transportaba en
barco desde La Tiñosa a la empresa londinense Cologan, Pollard & Cooper, los cuales tenían un libro de pedidos lleno con solicitudes del producto
lanzaroteño. En la actualidad, una parte de la costa junto a
Playa Chica en
Puerto del Carmen, se sigue llamando "
Paseo de la Barrilla", debido a que los cultivadores, llevaban la barrilla seca a las
rocas en la orilla para golpear las hojas antes de quemarlas.