Una de las incursiones piráticas más nefastas para el municipio fue la que realizó el argelino Morato Arráez, cuando al mando de 600 hombres atacó el 1 de agosto de 1586, el
pueblo de
Haría, aprovisionándose de aves,
cabras y verduras, quemando a continuación las cosechas y el palmeral. La
cueva de los Verdes jugó un papel fundamental en la defensa de la población insular ante los continuos ataques piráticos sufridos por la isla de
Lanzarote, antes y después de la conquista.