Encontramos así hábitats dispersos con estructuras poco elaboradas como las de Tinache o en
cuevas naturales (Malpaís de La Corona) ligadas a actividades pastoriles y de marisqueo.
Fruto de los asentamientos en la zona de Malpaís de La Corona fue la creación de las queseras de Bravo: estructura radial en forma de quesera esculpida en
piedra volcánica, única en el archipiélago y de la que aún se desconoce su utilidad y significado.