Las dos Guatizas, la de
Santa Margarita y la del
Cristo de las
Aguas, vivieron bajo el influjo de los mitos y las leyendas. El espiritismo era practicado en todas sus formas.
Guatiza,
pueblo agrícola por excelencia, no debe su fama sólo a los garbanzos sino también al cultivo de la cochinilla, pueblo pionero en esta producción, que tuvo gran importancia en los últimos años del siglo XIX hasta mediados del siglo XX.