La isla de
Lanzarote está salpicada de volcanes y cubierta de arena negra de sus cenizas, por lo que la isla también está llena de lugares en los que las fuerzas de la
naturaleza lucharon por imponerse y dejaron su huella. El Charco Verde de Lanzarote es un testimonio de ello. El acceso al
mirador no te llevará más de unos minutos, pero puedes pasear por la zona y el
pueblo de
El Golfo durante horas.