Se sabe, por otra parte, que el topónimo
Arrecife aplicado al lugar en que se asienta la capital de
Lanzarote está consignado documentalmente desde el año 1402 en el conocido manuscrito LE CANARIEN, si bien los más autorizados historiadores de
Canarias se muestran contestes en sostener que este topónimo lanzaroteño tenía que existir ya desde bastantes años antes de la llegada de los mílites franceses impuesto por los marinos españoles, quienes venían visitando la isla desde la segunda mitad del siglo XIV, pues ni figuraba tal étimo entonces en la lengua francesa, ni en la catalana o mallorquina, ni en la italiana.