Tras la
pila bautismal hay un cuadro simbolista de Alberto Manrique que representa la
fuente de la vida. Durante el
Corpus Christi, la
iglesia y la
plaza se convierten en el centro neurálgico de todas las actividades, así como durante la exuberante
Fiesta de
San Ginés (la semana del 25 de agosto) en la que las
calles de la ciudad se llenan de vida y
colorido.