Esta huida estaba ocasionada en gran parte por las convulsiones y rugidos del subsuelo. El 1 de Septiembre de 1730 comienzan las presentidas erupciones, que están consideradas cómo las más importantes de la
historia del vulcanismo, las cuales terminaron el 16 de Abril de 1736.
Entre 1778-79 D. Carlos III ordenó que se construyese un
castillo en el
Puerto de
Arrecife, hacia su extremo norte, y que dominara el
refugio de Puerto de Naos, entre las bocas de
San José y del Perejil, años atrás atacado por los corsarios ingleses Lord Anson y Hawque con el propósito de robar las
embarcaciones que habitualmente invernaban allí.