Después de tantos atropellos a los que fue sometido el
Puerto de
Arrecife, se construye la fortaleza de
San Gabriel, en el islote del Quemado. Era una pequeña defensa de unos 40 pies por cada lado, de forma rectangular, con sus baluartes de los llamados de punta de diamante. Toda la distribución interior era de madera, la cual ardió totalmente cuando Morato Arráez lo atacó una mañana del mes de Julio de 1586, invadiendo luego la isla para marcharse el 23 de Agosto del mismo año, después de la firma del tratado con Argote de Molina.